La pandemia causada por la Covid-19 ha traído consigo una grave crisis de salud pública que ha alterado significativamente no sólo el devenir cotidiano de nuestras vidas, sino también el normal funcionamiento de los poderes públicos. Afrontar una situación de carácter excepcional como la planteada ha exigido del Estado articular respuestas en una clave igualmente excepcional. El recurso al estado de alarma, previsto en el artículo 116.1 de la Constitución, fue el mecanismo utilizado por el Gobierno de la nación para diseñar el marco rector que permitió la gestión de la pandemia en sus fases álgidas. Un estado que, según puso de manifiesto su aplicación práctica, demostró una destacada versatilidad, permitiendo albergar enfoques y contenidos de índole muy diversa para afrontar un contexto fáctico similar.

La presente monografía, que cuenta con la participación de destacados constitucionalistas, lleva a cabo desde una perspectiva integral un estudio en el que se combina la vertiente doctrinal con la atención preferente a la jurisprudencia emanada por el Tribunal Constitucional en relación con la pandemia.

Partiendo del análisis del estado de alarma en cuanto tal, se realiza un riguroso análisis del impacto que las previsiones contenidas en los distintos decretos de declaración y prórroga de dicho estado excepcional han proyectado en ámbitos nucleares de nuestro sistema constitucional: el ejercicio de los derechos fundamentales, el funcionamiento de las instituciones representativas y la articulación del poder a escala territorial. Todo ello, sin ignorar las respuestas que para hacer frente a la crisis sanitaria se han formulado en el contexto europeo.