Comedias
Tomo VII: Auristela y Lisidante; Fuego de Dios en el querer bien; El segundo Scipión; La exaltación de la Cruz; No hay cosa como callar; Celos aun del aire matan; Mañana será otro día; Darlo todo y no dar nada; La desdicha de la voz...
- ISBN: 9788415255888
- Editorial: Fundación José Antonio de Castro
- Fecha de la edición: 2024
- Lugar de la edición: Madrid. España
- Colección: Biblioteca Castro
- Encuadernación: Cartoné
- Medidas: 24 cm
- Nº Pág.: 1357
- Idiomas: Español
Nació en Madrid y estudió en el Colegio Imperial de los Jesuitas. A los 13 años escribió su primera comedia. Inició estudios en la Universidad de Alcalá en 1614. En 1615 ingresó en la Universidad de Salamanca, y se recibió de Bachiller en 1620. Fue soldado en Italia y Flandes, luego regresó a España. En 1637 el rey le impuso el hábito de Santiago. En 1615 se ordenó sacerdote y en 1653 fue nombrado Capellán. Vivió en la corte y continuó su labor literaria hasta que falleció en 1681.
Auristela y Lisidante nos transporta a una Grecia exótica de torneos y ambiente caballeresco.
Fuego de Dios en el querer bien explora conflictos de honor y amor.
El segundo Scipión, ahonda en la figura del buen gobernante como modelo para el joven rey Carlos II.
La exaltación de la Cruz y No hay cosa como callar muestran la versatilidad de Calderón tanto en el auto sacramental como en el drama.
Celos aun del aire matan y Mañana será otro día recrean un ingenioso laberinto de enredos propio de las comedias de capa y espada.
El alcalde de Zalamea protagonizada por un villano rico y orgulloso de su casta, que reclama ante el rey el honor de su hija ultrajada por un mal militar.
Con esta edición, los lectores tienen la oportunidad de explorar una de las figuras más complejas del teatro barroco español, revelando la riqueza y profundidad de su obra.
Un tesoro dramático en edición de Ignacio Arellano
Calderón es hijo de su época, de los tiempos de la Contrarreforma, pero ello no quita para que refleje sobre las tablas la tragedia de mujeres sometidas a matrimonios forzosos, cuestione el peso de la honra y, a pesar de su fidelidad a la monarquía, dibuje las contradicciones que conlleva el ejercicio del poder. A lo largo de esta edición podremos apreciar la fuerza dramática de sus tramas y su habilidad para retratar tanto lo trágico como lo cómico.
A finales del siglo XVI las representaciones en los corrales de comedias fueron cada vez más frecuentes y los dramaturgos, que perdían el control sobre sus textos al vendérselos a los empresarios, se esforzaban por imprimirlos y fijar las obras frente a copias poco rigurosas.
Dentro de estas doce comedias Ignacio Arellano ha ido confrontando muchos manuscritos para editar la versión más cercana a la voluntad de Calderón y recupera, en algún caso, pasajes que pueden leerse en una edición moderna por primera vez.