Dado el lamentable trato que los editores modernos dispensaron a estos "Coloquios satíricos" (1553) del humanista astorgano Antonio de Torquemada -transcribiendo libérrimamente la princeps y deturpando multitud de vocablos, como se explica por extenso en el <>-, puede afirmarse con rotundidad que es ahora, con esta edición profusamente anotada, cuando se hace justicia por fin a tan espléndida obra dialogal. En ella, el autor pone al descubierto los desmanes de sus contemporáneos respecto al abuso del juego; la mala práctica de médicos y boticarios; los desatinos en el comer, el beber y el vestir; y la vana pujanza por la honra. Dedica además un precioso coloquio a las excelencias de la vida pastoril, y ofrece finalmente, como <>, un singular relato de pastores pionero en nuestras letras, con el objeto de alertar contra los peligros del amor. Todo ello lo sirve con un cruce exquisito de la sátira y del género del diálogo, que despertará la mirada cómplice del lector cuando compruebe que muchos de los dislates denunciados por él en el siglo XVI persisten -y algunos incluso agravados- en nuestros días.