El principal objetivo de este estudio ha sido intentar rescatar del olvido a las fotógrafas que trabajaron en Andalucía en el periodo 1839-1939. La fotografía andaluza, ya en sus inicios, acogió a un visible grupo de mujeres al frente de sus negocios fotográficos. Un grupo especialmente significativo si lo comparamos con el resto de profesiones liberales de la época. Nombres como Madama Fritz, la malagueña Joaquina Mayor, la almeriense Amalia López de López o la sevillana Pastora Escudero así lo atestiguan. Ademas, el trabajo femenino fue fundamental en el funcionamiento de los estudios de retrato, donde su marcado carácter familiar mantuvo en segundo plano la labor de esposas, hermanas e hijas. Una invisibilidad social que comienza a remitir en el periodo de entre siglos, aunque, eso sí, en la mayoría de casos tras la marca comercial de “Viuda de”, que solo saca a la luz la función profesional de las fotógrafas de forma parcial y sin el reconocimiento social personal. Un protagonismo que, curiosamente, se hace mas patente durante el siglo XX en los pueblos andaluces de tamaño medio o pequeño, donde las fotógrafas asumen públicamente con más naturalidad su papel profesional. En otros ámbitos, como el artístico, este siglo normalizara la participación de las fotógrafas aficionadas en certámenes y concursos, con fotógrafas como la egabrense Elvira Ruiz, que es galardonada con el gran premio Kodak del año 1930. Dentro del campo periodístico, Andalucía acoge a las primeras experiencias femeninas en el campo del fotoperiodismo de guerra con figuras como Sabina Muchart o Gerda Taro. Logros que primero la guerra paralizo y después la dictadura adormeció hasta hacer olvidar los nombres de estas fotógrafas.