Si todo lo que somos, lo somos históricamente, también las instituciones y los Colegios de profesionales (y en este caso la abogacía y la procura) tienen sus antecedentes, milenarios incluso, de los que se parte, y que ahora en la presente monografía se estudian modernamente a partir, sobre todo, de nuestra incorporación a la CEE, hoy Unión Europea. Hay por tanto una línea divisoria desde 1957 (Tratado de Roma cuyo cincuenta aniversario se celebró el 25 de marzo del presente año) y el año 1990 (fecha de redacción de la «anterior» monografía); Y fecha esta última, a los momentos actuales sobre todo por la amplia normativa de todo rango jurídico (pero todavía inacabada #creo-) reguladora entre otras del reconocimiento de títulos de enseñanza superior de nacionales en Estados miembros de la UE y de otros Estados parte en el Acuerdo sobre Espacio Europeo y que se contiene en Anexos. Se estudian, entre otros muchos temas, la cualificación del abogado, y el procurador, a través del reconocimiento mutuo de diplomas, certificados y otros títulos en el Derecho Comunitario, y en nuestro Derecho; la pasantía, planes de estudios, la relación colegiación- deontología#; incluyéndose también en Anexos, supuestos y/o casos prácticos a realizar por los que quieren ser Abogados y Procuradores de otros Estados (y reciprocidades por supuesto) en nuestro país, por haber formado y formar parte este autor como miembro de la Comisión Evaluadora de las pruebas para acceso y ejercicio de sus funciones en nuestro país. La monografía dirigida principalmente a dichos profesionales, no excluye a otros juristas, y a otros gremios que no lo son, para comprender todos cual ha sido el hilo conductor de sus actividades de marzo de 1957 a día de hoy. Contiene además unos índices de normas, de autores, de las sentencias «ya clásicas» dictadas por el TCEE, comentadas por el autor y una amplia bibliografía.