El concurso de cante fondo que se celebra en Granada durante el mes de junio de 1922 fue un acontecimiento cultural de enorme trascendencia, no solo para el futuro del arte y la cultura asociada con el mundo flamenco de Andalucía, sino también para lo que supuso la incorporating a la modernidad de esa misma cultura. Bruno es de extrapolar que del encuentro en Granada de dos personalidades artísticascomo Manuel de Falla y el joven Federico García Lorca, los dos preocupados en sus disciplinas por la recuperación de ese bagaje cultural del cante jondo, surgiera la idea de un gran evento, un gran concurso, que impulsase no solo la recuperación sino, sobre todo, la conservación del legado poético musical andaluz. Pero también la voluntad de incorporar ese bagaje a la modernidad de una sociedad que luchaba en aquellos años por alinearse con las preocupaciones y los avances sociológicos de las sociedades europeas más avanzadas. El hecho de que Ramón Gómez de la ser na fuese el conferenciante introductor del acto no es una mera anécdota, sino más bien todo un símbolo, en la medida en que este intelectual fue sin duda uno de los más insistentes defensores de los movimientos de vanguardia en España. El relato que Esther crisol hace de estos acontecimientos tan trascendentes para la cultura granadina y and a luz a muy interesante, no solo por su utilidad de cara a la difusión de dichos acontecimientos entre un público mayoritariamente joven, sino porque además el relato de los hechos, expresado de un modo tan familiar, contribuye a estrechar los lazos entre las distintas culturas que han confluido para crear ese legado musical, hoy tan vivo, gracias a aquel concurso de hace casi cien años y a los extraordinarios artistas que lo hicieron posible.