Mateo Albéniz (Logroño 1755-San Sebastián 1831) fue maestro de capilla en San Sebastián y después en la Iglesia Colegial de Logroño, donde le sustituyó su hijo Pedro Albéniz. Estos puestos fomentaron que compusiera sobre todo música religiosa y, según parece, este tratado. La Instrucción metódica (1802) da una idea bastante precisa de cómo pudo ser la enseñanza del lenguaje musical a comienzos del siglo XIX en España tanto para los futuros instrumentistas como para los cantantes y maestros de capilla. La obra se compone de un prólogo y tres partes y todas las enseñanzas van ilustradas con ejemplos. La primera parte sigue los pasos de un método de iniciación musical (nombres de las notas, figuras, compases, alteraciones, etc.), mientras que la segunda incluye el estudio de las claves, las modulaciones y la técnica de fingimiento de claves, una práctica que consistía en transportar cualquier música compuesta en cualquier tonalidad a las de Do M y La m. La tercera está consagrada a las figuras y forma de indicar los compases en la música antigua, práctica que en el siglo XIX se seguía exigiendo en las oposiciones de maestro de capilla.