¿Qué es el patrimonio? Este es el gran interrogante que trata de afrontar el presente ensayo, en un momento crucial en que la etiqueta patrimonial se expande por campos culturales cada vez más amplios y diversos, de manera que cada día son mayores las sensibilidades que reivindican ser tenidas en cuenta dentro de este ámbito. En este sentido, la teoría del patrimonio ve extendidas sus competencias más allá de las iniciativas legales y sociales de salvaguarda de monumentos, piezas y costumbres considerados de interés por las instituciones.
Por tanto, se hace apremiante avanzar hacia una nueva definición del concepto y su ámbito de actuación, cuyos enunciados tradicionales son cuestionados con severidad por una sociedad contemporánea que ha cambiado en su forma de relacionarse con su pasado, generando así nuevas problemáticas: ¿para qué sirve el patrimonio en el siglo XXI? A la hora de conservar, ¿hay patrimonios prioritarios y patrimonios secundarios? ¿Quién debe operar como juez del patrimonio? ¿Se pueden o se deben eliminar las marcas de la barbarie para reparar la memoria de las víctimas del pasado? O, por el contrario, ¿es de mayor utilidad la interpelación a las conciencias desde la conservación de dichas marcas? La supresión de símbolos o la restauración de lo perdido, ¿son procesos legítimos o suponen una manipulación de la memoria? ¿Hasta qué punto resulta perjudicial para esos patrimonios su consumo por un turismo masificado?
Estas y otras relevantes disyuntivas que se desprenden de las dinámicas patrimoniales actuales son planteadas dentro de estas páginas desde el prisma abierto siempre a la revisión y a la pluralidad que supone la hermenéutica filosófica. Así, de la mano de H.-G. Gadamer se aborda el problema actual del patrimonio, desde una confrontación con otros sistemas de pensamiento contemporáneos y a la luz de casos concretos que han suscitado interés.