Para los docentes de asignaturas históricas es usual recurrir a la denominada "peridificación". Aunque se trata de una ficción sometida a frecuntes discusiones se considera útil en la medida que pretende facilitar al alumno la comprensión en el devenir de los acontecimientos a lo largo de los siglos, pues, consigue parcelar éstos en períodos más o menos homogéneos que responden a unas determinadas premisas comunies. Desde el punto de vista histórico-jurídico, en España, resulta un lugar común agrupar los siglos XIX,XX y XXI, aunque no de manera exclusiva ni excluyente, bajo el rótulo de "Etapa constitucional", dado que, la radicalidad de los cambios político acontecidos, se plasman, desde el punto de vista de la articulación normativa del Estado, en un texto denominado "Constitución". No obstante, el particular desarrollo político del país provocará que sea habitual tanto el hecho de la sustitución de una morma por otra como el que ésta se haga de modo abrupto, omitiéndose el cumplimiento de las propias disposiciones reguladoras previstas para tal fin.Las Cortes, de origen medieval y paulativamente marginadas durante la Edad Moderna, se conveirten durante este período en un pilar fundamental en el organigrama institucional del Estado, sufriendo una transformación radical.Entre otros motivosporque pasan a representar la Nación ejercitando un poder legislativo antes en manos del monarca. Cuando está dando comienzo el segundo tercio del siglo XX irrumpe bruscamente en la escena política española el general Franco, quien, mediante un golpe de estado que desencadena una sangriente guerra civil, se convierte en Jefe del Estado, de un "nuevo estado" que se articula jurídicamente, a modo de Constitución, sobre la base de unas denominadas "Leyes Fundamentales". En éstas ensajan perfectamente las Cortes, pero también son unas "nuevas Cortes", cuya dirección reace en manos de un Presidente dotado de tales poderes que lo convierten en pieza clave del entramado institucional. Es